Reflexionemos para educar mejor

El otro día ya comenté la situación actual de muchos padres, en Si es que es un niño. Situaciones extrañas que se producen y permitimos, o más que permitir que inducimos por intentar facilitar la vida al máximo a nuestros hijos.

No lo hacemos de forma voluntaria, lo que queremos es que no llore, que no sufra, y en muchas ocasiones también de forma egoísta, por nuestra comodidad. Y al final las cosas van degenrando, una cosa lleva a la otra, y llegan situaciones esperpénticas y vamos «educando» pequeños animalillos.

Como educar a nuestros hijos

Hace un tiempo vi un post de Enrique Dans (que no encuentro) sobre la educación de nuestros hijos. En él dejaba un documento que sí he encontrado con consejos y situaciones en la educación de nuestros hijos, creado por la Fundación Luís Espinal, un centro católico. Debo reconocer que era un poco exceptico con el contenido por el tema religioso, pero me he encontrado con 3 auténticas joyas que recomiendo tener en cuenta como guía para educar a nuestros hijos.

Después de leer los 3 pdf, y aunque estén escritos entre 1999 y 2003 años, es totalmente vigente que esto de la educación no ha cambiado tanto aunque los padres lo vayamos degenerando.

Un aspecto relevante del ejercicio de la autoridad de los padres es la transmitir. Y esto significa que, en algunos momentos, el mantenimiento de los límites puede provocar un cierto sufrimiento tanto a los padres como a los hijos. Pueden producirse situaciones difíciles que impliquen falta de comunicación, malhumor…

Me encanta como aborda el tema de la muerte, algunos fragmentos

  • Explicárselo pronto. Es importante no utilizar subterfugios como se ha ido de viaje o lo han llevado al hospital…, pues por mucho que se intente disimular, el niño se da cuenta de que ocurre algo y que se le está ocultando; y esto puede resultar todavía más doloroso, pues genera desconfianza hacia los padres porque siente que le están engañando. Es muy duro para el niño sentir que no puede compartir con nadie sus sentimientos y su tristeza, y se puede sentir muy solo.
  • Dejar muy claras dos ideas fundamentales: que la persona muerta no volverá, y que su cuerpo está enterrado o bien convertido en ceniza si se ha incinerado.
  • Contestar honestamente y de la manera más real posible a todas sus preguntas. Cuando muere un ser querido, todos necesitamos consuelo y sentirnos rodeados de un ambiente de confianza y de seguridad y esto sólo puede darse cuando decimos la verdad.
  • En el caso de familias creyentes, puede ser un buen momento para comentar el sentimiento profundo de que Dios no ama, está con nosotros y nos acompaña en estos momentos tan difíciles. Dios no nos deja nunca, ni en la vida ni en la muerte.
  • No angustiarse porque nos vean tristes o llorando; al contrario, esto hará que el hijo se sienta más acompañado y que se de cuenta de que sus sentimientos también son compartidos por los seres que más quiere. Si ve que los adultos intentan esconder y disimular sus sentimientos, aprenderá pronto a no expresarlos y se sentirá solo con su dolor.
  • Que los hijos participen en las ceremonias de los funerales y en el entierro. Son ceremonias de recuerdo y de despedida del ser querido que, sobre todo si se viven desde la fe, serán fuente de consuelo y de esperanza.

Los temas abordados son 3 por documentos y son realmente interesantes, el único con el que no «comulgo», nunca mejor dicho es el de como educar en la fe de nuestros hijos, pero aquí cada uno debe de sacar sus propias conclusiones.

Reflexionemos para educar mejor

1. Cómo educamos el consumo
2. Los padres y los celos de los hijos
3. Cómo educamos la fe de nuestros hijos

Tiempo libre. Autoridad. Muerte

1. El tiempo libre y las actividades extraescolares
2. La autoridad con los hijos, hoy
3. Cuando los hijos nos preguntan sobre la muerte

Autonomía y responsabilidad

1. Educar a los niños y niñas en la autonomía
2. Educar en la autonomía y la responsabilidad (adolescentes)
3. Las comidas y la alimentación

Al final del artículo he dejado los 3 pdf

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